Cirugía Reconstructiva Facial
La cirugía reconstructiva facial abarca múltiples técnicas que van asociadas a diversas patologías entre las que destacan las enfermedades congénitas, tumorales, traumáticas y aquellas secuelas derivadas de tratamientos médicos previos.
Dada la complejidad a nivel funcional de la cara, las técnicas reconstructivas aplicadas a este territorio anatómico son posiblemente las más complejas y sofisticadas dentro de la Cirugía Facial.
Colgajos e Injertos Faciales
En Cirugía Facial muchas veces nos enfrentamos al desafío de reparar un defecto de tejido causado por la extirpación quirúrgica de una lesión, tal es el caso de los tumores y carcinomas cutáneos o las lesiones traumáticas.
La reparación de una herida necesita a veces de otras técnicas diferentes a la simple sutura borde a borde, en especial en los casos en los que la pérdida sustancial de tejidos es muy amplia y es imposible el cierre por simple aproximación.
Es así que la variedad de opciones para reparar estos defectos pueden reducirse a la reparación por segunda intención, colocación de un injerto cutáneo, o movilización de tejido adyacente; siendo esta última técnica la que corresponde a los colgajos faciales.
La Cirugía Auricular
Las deficiencias auriculares pueden ir desde la anotia, ausencia total de la oreja, hasta una oreja normal pero pequeña.
Múltiples técnicas son empleadas, como el uso de expansores, injertos de cartílago para tallar un molde auricular, colgajos locales, y prótesis de materiales biocompatibles con el fin de obtener los mejores resultados de simetría.
En el caso de la anotia o ausencia total de la oreja, el inicio de la reconstrucción debe oscilar entre los 6 y 9 años, no antes, pues no se presenta el crecimiento total hasta esta edad, y la maduración del cartílago costal de la zona donadora para la reconstrucción no estará antes completa.
Cirugía de la Parálisis Facial
La parálisis facial consiste en la parálisis motora parcial o total de la musculatura de la cara, que es inervada por el nervio facial.
El proceso de reconstrucción en los pacientes con parálisis facial es claramente individualizado ya que el nivel de lesión del nervio, el mecanismo que provocó la lesión y el tiempo de evolución, condicionan el plan terapéutico y la evolución.
La cirugía reconstructiva en la parálisis facial instalada usa técnicas tanto estáticas como dinámicas. Las técnicas estáticas no involucran movimiento del lado paralizado y consisten en suspensiones de las partes blandas que cuelgan por la ausencia del tono muscular para mimetizar con el lado no afectado.
Las técnicas dinámicas intentan restaurar el movimiento, la función perdida, requiriendo trasplantes de tejidos como colgajos musculares.
El paciente tiene que ser muy consciente de la complejidad de estos procedimientos, así como de los tiempos quirúrgicos necesarios y ajustados a cada caso en función del tipo de desorden, como de la respuesta médica y quirúrgica.
Las Prótesis Faciales
Cuando ocurren pérdidas o deformidades asociadas a pérdida ósea, casi siempre son un gran problema estético y funcional. Éstas pueden originarse por cirugía de erradicación de un tumor, un traumatismo o una anomalía congénita.
La reparación del defecto produce resultados satisfactorios en la mayoría de casos. Las prótesis para la reconstrucción del defecto se fabrican de materiales diversos y, en algunos casos, pueden ser incluso osteointegrados para mejor retención y resultado.
La Cirugía Facial Osea
El tratamiento de los traumatismos faciales se inicia en la fase aguda. La recuperación funcional y estética depende de un buen diagnóstico clínico, de las pruebas de imagen disponibles y de la elección de la técnica quirúrgica adecuada.
Hay que prevenir las secuelas, enfatizando la anatomía craneofacial, la fisiopatología de las fracturas, la investigación clínica, los principios de la reconstrucción ósea y de partes blandas.
Generalmente son procedimientos de urgencia que usan técnicas de osteosíntesis y alineación craneofacial, frecuentemente van acompañados de daños en otros aparatos y sistemas que podrían requerir manejo interdisciplinario.
La Reconstrucción Nasal
Por tratarse de una estructura tridimensional compleja, de difícil reconstrucción, existen numerosas técnicas quirúrgicas que, combinadas con sensibilidad y habilidad, aportan los recursos para la elaborada tarea de recrear la estructura perdida.
Valorado el defecto a reconstruir, se optará por la técnica más adecuada como podría ser; un injerto óseo o cartilaginoso, un colgajo de cobertura local, o en caso de grandes pérdidas, colgajos pediculados como el frontal, asociado a injertos estructurales. El cartílago nos aporta la estructura, manteniendo la forma nasal.
Incluso en casos más complejos, necesitaremos técnicas de microcirugía para aportar tejidos a distancia y obtener cobertura interna para las fosas nasales cuando ésta también está afectada.